Seguro que has escuchado mil veces que las habilidades técnicas son lo más importante para crecer profesionalmente. Y es verdad que sin ellas, va a ser prácticamente imposible seguir avanzando en tu carrera. Son la base del conocimiento, pero ahí no termina la cosa.

A día de hoy, las empresas buscan profesionales que sepan cómo adaptarse a los cambios del mercado, que sean capaces de desenvolverse ante un problema inesperado o que puedan comunicarse con claridad dentro de su equipo.

Por eso, en este artículo vamos a explicar qué son las soft skills y hard skills, para que entiendas en qué se diferencian, y por qué necesitas de ambas para tu desarrollo profesional.

¿Qué son las hard skills (habilidades duras)?

Las hard skills (o habilidades duras) son las habilidades técnicas y los conocimientos específicos que has adquirido a lo largo de tu formación académica y profesional. Son medibles, objetivas y, a menudo, pueden estar acompañadas de un certificado o título oficial.

A la hora de buscar candidatos, será lo primero en lo que se fijen en tu currículum para comprobar si cumples con la base técnica necesaria para el puesto de trabajo al que has aplicado, ya que demuestran si tienes los conocimientos para desempeñar correctamente las funciones esperadas.

Por otro lado, estas habilidades técnicas puedes mejorarlas a través de la formación continua para mantenerte actualizado dentro de tu sector.

20 ejemplos de hard skills (habilidades duras)

Hard skills para el sector tecnológico

  • Programación
  • Gestión de bases de datos
  • Desarrollo web
  • Ciberseguridad
  • DevOps

Hard skills para marketing y publicidad

  • Posicionamiento SEO
  • Gestión de RR.SS.
  • Copywriting
  • Análisis de datos
  • Diseño gráfico

Hard skills para el sector financiero

  • Contabilidad
  • Modelos financieros
  • Gestión tributaria

Hard skills para Recursos Humanos (RR.HH.)

  • Conocimiento de legislación laboral
  • Gestión de nóminas
  • Evaluación de los candidatos
  • Gestión y retención del talento

Hard skills generales

  • Dominar idiomas
  • Conocimiento en IA (Inteligencia Artificial)

Según nuestro informe sobre la formación de inglés en las empresas españolas 2024, el 96% de los trabajadores considera que su nivel de inglés le ha hecho perder oportunidades de trabajo.

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¿Qué son las soft skills (habilidades blandas)?

Las soft skills (o habilidades blandas) son las habilidades interpersonales que determinan cómo te relacionas o te desenvuelves en situaciones específicas. Son más difíciles de medir, pues se basan en aspectos como la personalidad, la inteligencia emocional o la capacidad de adaptación de cada persona.

Muchas se desarrollan a través de experiencias personales y profesionales a lo largo de nuestra vida, y nos sirven como factor diferenciador entre otros candidatos con nuestros mismos conocimientos.

15 ejemplos de soft skills (habilidades blandas)

  • Resolución de problemas y/o conflictos
  • Capacidad de trabajar en equipo
  • Adaptabilidad
  • Pensamiento crítico
  • Creatividad
  • Comunicación persuasiva
  • Gestión del tiempo
  • Atención al detalle
  • Empatía y comprensión
  • Gestión del estrés
  • Toma rápida de decisiones
  • Inteligencia emocional
  • Capacidad de escucha
  • Habilidades de negociación
  • Paciencia

Según un estudio de LinkedIn, nueve de cada diez ejecutivos globales piensan que las habilidades “humanas” son más importantes que nunca.

Soft skills vs. Hard skills: ¿en qué se diferencian?

Para que sea más fácil de entender cómo diferenciar entre habilidades blandas y duras, a continuación encontrarás las características más importantes recopiladas en una tabla.

Hard skills Soft skills
Definición Habilidades técnicas Habilidades interpersonales
Medición Objetiva (certificados, exámenes) Subjetiva
Formación
  • Educación
  • Cursos profesionales
  • Experiencia práctica
  • Experiencia
  • Reflexión
  • Interacción social

Cómo desarrollar las soft skills y hard skills de tus empleados

Desarrollar estas habilidades requiere de tiempo y planificación, pues no nos sirve con sólo memorizar la teoría sino saber cómo aplicarlas de manera práctica en nuestro día a día.

El primer paso será diseñar un plan de formación orientado a resolver las necesidades de tus empleados y los objetivos de la empresa. Para hacerlo, tendremos que hacernos una serie de preguntas: ¿cuáles son sus habilidades fuertes de cada empleado? ¿Y las débiles?

Después, tendremos que buscar qué tipo de formación es la más adecuada para invertir en su desarrollo. Y no te asustes por el presupuesto porque tu empresa dispone de un crédito anual para beneficiarse de la formación bonificada de FUNDAE.

Por ejemplo, si se tratara de potenciar una soft skill como el liderazgo, lo más probable es que tengamos que buscar talleres o cursos de desarrollo personal enfocados a esa habilidad. En cambio, si fuera una hard skill como el inglés, que sigue siendo un must para muchas organizaciones, podríamos optar por un curso de inglés bonificado.

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